martes, abril 24, 2012

El show debe continuar

El hombre bala entra en escena sin sospechar que esta noche él no será más que una bala perdida. Se lo tiene merecido. A ese recién llegado le dimos techo, comida y un espacio en la función, y ¿cómo nos paga? Creyó que de la noche a la mañana se convertiría en el dueño del circo. Peor aún, pensó que podría robarle la novia al dueño del circo.

La señorita mariposa, la más bonita de la carpa, deja a todos boquiabiertos con su show. Primero, se suspende es su capullo de tela, del que poco a poco sale con una sensualidad inigualable. Entonces, da inicio a su baile aéreo. Se mece con suavidad, al ritmo de la música, se enrolla en su tela y en el momento menos esperado se entrega en caída libre. El público contiene la respiración por lo que parece una eternidad. Ella coquetea con la muerte y sale ilesa. Mantiene hipnotizados a los espectadores con sus movimientos: al niño gordito de la segunda fila se le cayó hace rato su algodón de azúcar y él ni lo notó. Es la gran estrella.

¿Cómo culpar al forastero por querer huir con ella? Su encanto tiene tal magnitud que hace que a los malabaristas se les escapen las pelotas. Los traga fuegos se queman la lengua en su presencia. Los payasos pierdan toda gracia.  Incluso los leones se ponen testarudos y se rehúsan a pasar a través del aro con tal de contemplarla un minuto más.  

No se la puede llevar.

Esta noche, bajo la luz infinitesimal de las estrellas, sonará el cañón. El hombre bala saldrá volando y no habrá red que lo ataje. Sólo sus sueños quedarán como evidencia de lo que no pudo ser. Pasaremos al siguiente acto porque el show debe continuar.

A.K.H.V.

1 comentario:

DD dijo...

Lo resumiría en una palabra "enigmático", increíble como a través de pocos párrafos, se presenta un bosquejo de cada personaje y se deja una expectativa abierta al final. Bien.

P.D. Borré el comentario anterior porque no se había enviado completo.
Saludos. Yoh.
http://chdnk.blogspot.com/